2 de mayo: 1.893 euros de recaudación
La solidaridad vallisoletana fue la protagonista de esta cena con sabor a esperanza. Más de 140 personas se reunieron en el salón Salón Real del Hotel Conde Ansúrez para disfrutar de una rica cena acompañada de una gran variedad de espectáculos. Nadie se quería perder este evento, desde los cantantes Virginia, Ricardo y Carlos, que inauguraron el encuentro entonando tres de sus canciones que pusieron los pelos de punta hasta los más pequeños, hasta la exótica Sonia Temiño que impactó a los presentes con su original danza del vientre. Pero la cosa no acabó aquí, sino que las variedades artísticas fueron mucho mayores. La academia Lys Dance agrupo a sus mejores y más jóvenes bailarinas para demostrarnos su talento al ritmo de varios éxitos musicales. La cultura española fue uno de los platos fuertes de la cena, ya que el grupo Olé de Clara Antón Rubio actúo en varias ocasiones con protagonistas de todas las edades que dejaron boquiabiertos a los presentes, que animaron a las artistas al ritmo de las palmas.
Después de que estos artistas abrieran el apetito a los presentes, comenzó la cena. Una amplia variedad de canapés acompañados de un exquisito hojaldre de setas y gambas constituyeron el primero plato, mientras que la guinda del pastel la puso la elección final entre lechazo castellano o merluza al ajo tostado, decisión muy complicada de tomar ante el apetecible aspecto de ambos platos.
Los más pequeños, entre los que se encontraban cuatro niños con atrofia muscula espinal miembros de Fundame, Melissa, Inés, Héctor y Nicolás; no dejaron de demostrar su alegría recorriendo el salón en busca de sus acompañantes y disfrutando de una cita en la que, a pesar de la diversidad de personas, el ambiente era íntegramente familiar. En ella, no faltaron los sorteos entre los que se encontraba una camiseta firmada por los jugadores del Atlético de Madrid u otra por los del Real Valladolid Club de Futbol.
La bachata de Daniel y Desirée del World Team Project de Valladolid, remató la ceremonia y puso a mover las caderas a todos los asistentes deseosos de disfrutar de la música y, por qué no, aprovechar para bajar la cena. La compañía Aires Zamoranos aproximó la cultura de la comunidad a los asistentes para acoger la esencia castellanoleonesa.
Por tanto, el menú final resultó ser una gran variedad de géneros que animaron a todos los participantes a lanzarse a la pista a celebrar que, gracias a la ayuda de todos, Melissa, Inés, Héctor y Nicolás pudieron irse a dormir pensando en que su progreso estaba cada día más cerca.