El grupo de la Universidad de Santiago de Compostela, presenta el caso de un niño de 10 años con el diagnóstico de AME tipo 2, en ventilación mecánica nocturna, sometido a un tratamiento de expansión maxilar. El paciente presentaba una apertura bucal muy restringida (19 mm). El diagnóstico de ortodoncia fue el de compresión maxilar con mordida cruzada posterior bilateral, apiñamiento dental, además de interposición labial y respiración bucal.
Previamente a la expansión los autores prescribieron un sistema de rehabilitación de movimiento de la mandíbula para aumentar la apertura bucal. El incrementar la apertura bucal es esencial para planificar cualquier tipo de tratamiento dental, facilitar la alimentación, masticación, higiene bucal además de facilitar la intubación de ser esta necesaria. Cuando se logró una amplitud suficiente de la apertura bucal (31 mm después de 6 semanas de rehabilitación), se diseñó un dispositivo de expansión para tratar la compresión maxilar.
Con la expansión, el volumen de las vías respiratorias superiores, incluidos los senos maxilares, aumentó un 10,4% y al excluir los senos, el porcentaje aumentó hasta 18.6%.
El seguimiento de 2 años mostró un resultado estable tanto anatómico como funcional. En los 2 años previos a la expansión el paciente había experimentado 13 episodios infecciosos, que requirieron un total de 20 días de hospitalización. En los 2 años posteriores a la expansión maxilar, el número de episodios infecciosos disminuyó a 4, y el paciente no requirió hospitalización en ningún caso.
Los autores concluyen que la expansión rápida del maxilar en pacientes jóvenes con enfermedades sistémicas que implican enfermedad respiratoria asociada puede proporcionar mejoras funcionales y clínicas, aumentar los flujos de aire en las vías respiratorias superiores y posiblemente disminuir el número de infecciones respiratorias.